El cannabis light es el nombre que se utiliza para referirse a cogollos de marihuana cuyo nivel de THC es tan bajo que se hace imperceptible para el fumador. En principio, el nivel de CBD de estas flores es indiferente, para calificarlo de esta manera el requisito indispensable es que el THC sea mínimo. Esto se traduce en una experiencia no-psicoactiva, un cigarro de cannabis que encapsula el aroma y el sabor de la marihuana, pero no coloca.
Tras la expansión el en mercado de los cogollos de cannabis light, la evolución que está viviendo el producto debió a las demandas de sus consumidores ha marcado una tendencia clara: así como el nivel de THC se debe de mantener en el baremo legal (en España 0.2%), el contenido en CBD debe de ser el máximo posible. No queda mucho por decir sobre el CBD que no se haya dicho ya. Desde que se empezó a comercializar su uso se ha extendido a muchísimos ámbitos, pero, sin duda, los dos más grandes son los aceites y las flores de CBD.
Si seguimos el rastro del cannabis light hasta su origen, probablemente nos llevaría a Suiza, donde este se llegó a comercializar hasta en la famosa cadena de supermercados Lidl. Con este tipo de productos/opciones, la industria cannábica está viviendo una auténtica metamorfosis y está llegando a lugares inimaginables. Ha sido en los países con legislaciones más laxas respecto al THC (Suiza permite un 1%, Italia un 0,5%...) en los que este fenómeno ha entrado con más fuerza. Esto se debe a que los procesos de “breeding” (selección de genéticas) son más simples contra mayor sea el nivel de THC permitido; detengámonos en esto último un momento. Aquí hemos de comprender la tendencia que el mercado negro ha mantenido durante años y el reto de convertir aquello que conocemos con altos niveles de THC en cannabis light. Como no es moco de pavo, vamos a dedicarle toda una sección para explicarlo mejor.
La tendencia del cannabis tanto en la sombra como en entornos legales:
Como es de esperar, el consumo de cannabis ha evolucionado a lo largo de la historia. El uso de esta sustancia cuyo consumo se puede inquirir hasta siglos atrás, ha ido adaptándose a los tiempos que trascurrían. El cannabis ha estado presente en nuestra sociedad desde hace milenios, y ha estado presente en ámbitos tan dispares como el medicinal, el recreativo e incluso el religioso. Los primeros escritos que registran el uso del cannabis son del 850 años a. C., pero existe evidencia de que su consumo es muchísimo más temprano, alrededor de el 8000 a. C.
Sin adentrarnos mucho en la historia del cannabis y centrándonos más en su tendencia en las últimas décadas, su estado legal ha promovido que esta sustancia se desarrollase en el ámbito del mercado negro. Muchos estudios sugieren que esta situación ha llevado al cannabis a aumentar exponencialmente sus niveles de THC con un único interés: aumentar la potencia de su psicoactividad al máximo para que tanto el proveedor como el consumidor puedan mover con menor dificultad una menor cantidad de droga con la potencia equivalente a lo que en generaciones pasadas hubiera sido un mayor volumen. Hay titulares que abren artículos proclamando que desde 2010 la marihuana que podemos encontrar en las calles es 5 veces más potente, otros más conservadores y menos alarmistas, hablan de un aumento de la concentración de THC cercana a un 14% en los últimos 50 años.
En resumen, no se pueden ofrecer cifras con seguridad, pero la tendencia del mercado negro ha sido clara: se ha perseguido el máximo del THC posible en las genéticas que se han creado y consumido, pero ¿qué ha pasado con el CBD en el mercado negro todos estos años? Durante mucho tiempo, el CBD ha sido un cannabinoide de nicho. No ha sido hasta hace relativamente poco que ha comenzado el “boom” del CBD. La tendencia a la sombra de la legalidad ha sido de mantener el nivel de CBD lo más por debajo posible, ya que este juega un papel regulador en la psicoactividad que ofrece el THC.
¿Qué supone la aparición del CBD en el negocio de la marihuana?
El cannabidiol ha supuesto la posibilidad de acceder al mundo del cannabis para muchas personas que no consumían previamente cannabis con THC, o que simplemente buscaban una experiencia más liviana. Un efecto secundario de la tendencia del mercado negro es que el cannabis se vuelve más inaccesible para aquellas personas que no estás acostumbradas a consumirlo.
Por hacer un símil, el cannabis que hoy en día podemos encontrar en las calles se asemejaría al whisky o una bebida de alta graduación, lo que lo hace incompatible con muchas actividades y supone una barrera para aquellos que están dando sus primeros pasos e incluso es un impedimento para quienes consumen cannabis en su día a día, ya que incompatibiliza su consumo con el trabajo o ciertas situaciones sociales. En este respecto el CBD ha puesto sobre la mesa una alternativa, es una cerveza sin alcohol en un panorama de bebidas destiladas.
Hay quien pensará que el mercado ilegal de cannabis seguiría manteniendo su propensión a buscar los máximos porcentajes de THC, y que lo hará hasta llegar a algún tipo de límite establecido por la propia genética de la planta. En parte, hay “breeders” que persiguen la creación de este tipo de genéticas; pero la tendencia está cambiando, o por lo menos se está bifurcando. Otros factores que antes existían, pero que quizás no eran los decisivos a la hora de hacer “breeding”, están cobrando cada vez más fuerza. La aparición y el reconocimiento de las propiedades, tanto recreativas como medicinales, de otros cannabinoides (CBD, CBG, THCV…), así como la búsqueda de perfiles de terpenos más complejos han propiciado que se amplie el espectro del cannabis a nuestro alcance.
En el mercado legal los criterios están establecidos, los grandes protagonistas con el CBD y los terpenos. En el mercado negro las cosas están cambiando. Desde el cultivador particular a clubes cannábicos, bancos de semillas… los consumidores de cannabis se están haciendo eco de las nuevas tendencias y aunque el nivel de THC todavía tiene mucha relevancia a la hora de decidir por qué variedad decantarse, ahora hay otros factores sobre el tablero.