El CBD: los puntos clave
¿Qué es el CBD? ¿Qué esconde las siglas que han revolucionado el mundo de la marihuana? El CBD ha hecho posible algo que muchos, tanto opositores como simpatizantes del cannabis, creían imposible: ver como el cannabis se convierte en una realidad cotidiana en distintas tiendas a nivel europeo.
Parece que este compuesto ha sido la llave para que el cannabis se abriera paso al mercado legal, así como para derribar muchos de los estigmas que arrastra el consumo de esta sustancia. Desde estancos, pasando por clínicas veterinarias a tiendas dedicadas a la cosmética, hoy en día no es difícil encontrar un gran abanico de productos que contengan cannabis en alguna de sus formas, todos ellos con un factor en común: el CBD.
Lo más básico sobre el CBD
El CBD es un acrónimo que responde a cannabidiol, esta es una sustancia química que se encuentra en el cannabis sativa, también conocida coloquialmente como marihuana. El cannabidiol es el antagonista del THC (tetrahidrocannabinol) un compuesto psicoactivo que también encontramos en la planta.
Tanto el THC como el CBD son categorizados como cannabinoides, una serie de compuestos químicos que podemos encontrar en distintas cantidades en las plantas de cannabis. Si quieres indagar más sobre el tema te recomendamos que eches un vistazo a esta otra entrada de nuestro blog [¿QUÉ SON LOS CANNABINOIDES?], en este artículo pasaremos de puntillas sobre este tema.
Nos basta con que te quedes con que la planta de marihuana genera muchos cannabinoides, estamos hablando de más de 100. El CBD y el THC son solo dos de ellos, pero no es por nada que sean los más conocidos. Por lo general, el cultivo de las distintas variedades de cannabis (desde el dirigido a fines medicinales a la marihuana recreacional) a orbitado alrededor de nuestros protagonistas. Sobre estos deciros que el THC, ha sido apodado como el hermano travieso del CBD, ya que este componente es el responsable del estado embriagador característico del cannabis. De manera muy simplista se suele decir que el CBD “corta el colocón” del THC, o que el CBD es antagonista del THC. Esto se debe a que el cannabidiol posee un efecto modulador sobre el THC cuando se consumen en cantidades similares.
Los receptores que procesan los cannabinoides forman parte del llamado sistema endocannabinoide. Este es el sistema endógeno que capta los distintos cannabinoides como el CBD y, por ende, es el que se ve afectado por la ingesta del cannabidiol. Llegados a este punto sabemos qué es, pero… ¿para qué sirve el CBD?
Para qué sirve el CBD
Conseguir información veraz sobre este cannabinoide es una autentica aventura. Basta dedicar diez minutos a navegar por la web para encontrar un buen puñado de vendedores de CBD que parecen asegurar que sus productos son una panacea y que pueden resultar útiles para tratar cualquier dolencia, ¿cuánto de cierto hay en esto?, ¿puedes curar todo con CBD? La respuesta rápida es no. El CBD no lo cura todo, pero puede ser útil en casos muy diversos e incluso ayudar a gente a la que la medicina convencional no le ha surtido el efecto esperado.
¿Qué cura el CBD?
Mucha gente habrá oído hablar muy bien del CBD, incluso puede que se lo haya recomendado conocidos o familiares con dolencias muy distintas. Es por eso por lo que quizás todavía no tenga del todo claro para que sirve. Es esta pequeña sección comenzaremos observando sus beneficios de manera superficial e iremos buceando hasta analizar más en detalle sus principales beneficios.
El Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM) es una entidad con gran renombre en el campo del estudio científico del cannabis y afirma que el CBD posee propiedades antinflamatorias, ansiolíticas, antidepresivas, analgésicas, antioxidantes, neuroprotectoras y antineoplásicas. Puede que queráis prepararos una taza de café porque las cosas se van a poner técnicas:
Basándonos en la información del OECM, decir que, entre otros cannabinoides, el CBD como el THC, pueden activar receptores llamados vaniloides de potencial transitorio, o TRPV que se encuentran en el sistema nervioso central y periférico (vejiga, próstata, adipocitos, folículos pilosos…) y se encargan, entre otras cosas, de la transmisión, regulación y percepción del dolor. Al actuar sobre ellos, se consigue modular el dolor (lo que comúnmente llamamos efecto analgésico). Las enfermedades que generan dolor neuropático e inflamatorio presentan una alteración en la función de los receptores TRPV; es por eso por lo que el CBD se presenta como un apoyo o una alternativa interesante para tratar este tipo de trastornos.
Otro de los usos más sonados del CBD es su efecto beneficioso para aquellas personas que padecen epilepsia. El OECM explica que la epilepsia es una enfermedad neurológica que se manifiesta a consecuencia de una alteración en la actividad neuronal de alguna zona cerebral. Algunos cannabinoides juegan un papel modulador de la actividad neuronal, atenuando la hiperexcitabilidad que presenta el paciente epiléptico. El CBD genera una acción anti-neuroinflamatoria y reduce el estrés oxidativo, en gran parte, las responsables del daño cerebral. La suma de estos factores es por los que se dice que este cannabinoide tiene un efecto neuroprotector.
El CBD posee propiedades antineoplásicas o antiproliferativas. Esto se debe a que los receptores de CBD (CB1 y CB2) también son receptores que juegan un papel en la reproducción celular. En el caso de las células tumorales, el CBD actúa como antagonista de los receptores (GPR55) que se encargan de la expansión celular.
Por último, CBD y ansiedad. El CBD tiene propiedades ansiolíticas ya que activa los receptores de serotonina, incidiendo de manera positiva en el estado de ánimo y aportando un efecto ansiolítico y relajante. La serotonina es un químico neurotransmisor que genera nuestro cuerpo e incide en una variedad de procesos como el estado de ánimo, el comportamiento social, el apetito, la digestión, el sueño y la memoria. Curiosamente, el THC parece generar un efecto adverso al del CBD en lo que a ansiedad respecta, siendo capaz de generar crisis de ansiedad.
Medicamentos elaborados a partir de cannabis
Hasta la fecha, existen pocos medicamentos derivados de la planta del cannabis, y los más conocidos curiosamente contienen THC. Es precisamente por esto por lo que el desarrollo de fármacos que provengan de esta planta es tan difícil. Pongamos unos ejemplos: Entre los más conocidos encontraríamos el Sativex, el Cesamet o el Marinol.
El Nabiximol (comercializado como Sativex) es un pulverizador que se receta comúnmente a personas que padecen esclerosis múltiple. El fármaco ha demostrado efectividad para aliviar espasmos musculares y contiene aproximadamente la misma cantidad de THC que de CBD. Por seguir con el orden en el que los hemos citado, la Nabilona (comercializado como Cesamet) se usa para tratar las náuseas y vómitos causados por la quimioterapia en pacientes a quienes no se pudo ayudar con otro tratamiento; contiene un cannabinoide sintético muy similar al THC. El Dronabinol (comercializado como Marinol) contiene THC y se usa, principalmente para lo mismo que la Nabilona.
Y, por último, otro ejemplo de un medicamento derivado del cannabis es el Epidiolex. Este es utilizado para el tratamiento del síndrome de Lennox-Gastaut, es una variante de epilepsia infantil y es rico en CBD.
El principal problema de estos medicamentos es que no están al alcance de cualquiera y su venta no está abierta al público. Es decir, se recetan a partir de farmacia hospitalaria. Aunque probablemente su médico no se lo desaconseje, si uno quiere empezar a consumir CBD lo más seguro es que tenga que hacerlo por cuenta propia.
Cómo se toma el CBD
Hoy en día podemos encontrar CBD en una infinidad de formatos. Desde bálsamos hasta champús, pasando por aceites, cremas, comestibles… es normal que a uno le surja la duda de cual es mejor para él. Como todo en la vida, eso dependerá de las intenciones del consumo, hablemos de ello.
Diferentes opciones para diferentes consumidores
Aquí podemos diferenciar dos tendencias, los consumidores de CBD se podrían dividir en dos grandes grupos: los que buscan una experiencia recreacional con el denominado “cannabis light” y los que buscan el efecto terapéutico del CBD.
Para los primeros existen derivados del cannabis como hachís y cogollos que pueden adquirir de manera legal en tiendas especializadas y estancos. La principal ventaja que presenta en cannabis light o, en otras palabras, la marihuana rica en CBD, es que es legal, por lo que no nos arriesgamos a tener problemas con los cuerpos de seguridad mientras nuestro producto permanezca en su envase sellado. La segunda ventaja es que podemos disfrutar de la experiencia organoléptica del cannabis por completo sin que esta afecte a nuestra mente en absoluto.
El mayor obstáculo con el que podemos tropezar es que a la hora de encontrar un buen producto para este grupo, muchas marcas usan flores de cáñamo, cuyo aroma y sabor no son comparables al de la marihuana. Es por eso por lo que productos como los de nuestra marca sobresalen respecto a los otros. Los cogollos que se pueden encontrar en el catálogo de Workanna pertenecen a variedades de cannabis ricas en CBD y bajas en THC que han sido elaboradas en base a un proceso de selección genética elaborado durante años. En Workanna no encontrarás flores de cáñamo, si no cogollos de marihuana bien manicurados y con un aroma y sabor que no dejaran a nadie indiferente.
Para el segundo grupo, el producto más adecuado sería el aceite. Aunque las flores y las extracciones también son interesantes ya que su contenido en CBD es alto, el aceite de CBD ha demostrado ser una forma fácil y accesible de consumir cannabidiol para aquellos que no han tenido ningún tipo de contacto con el mundo de la marihuana a lo largo de su vida. Además, la dosificación es mucho más sencilla con el aceite que, por ejemplo, con un cogollo de CBD. Es simple, es más fácil de calcular el CBD que consumimos con un gotero que en caladas a un cigarrillo.
Otras cuestiones para tener en cuenta si estás pensado en empezar a tomar CBD
Consumamos CBD con intenciones terapéuticas o no, debemos tener en cuenta que este cannabinoide no deja de ser un componente químico cuyo consumo y estudio están en estadios tempranos (sobre todo debido a su estado legal pasado). Aunque exista evidencia de sus beneficios y esta esté amparada por órganos tan importantes como la OMS, debemos de ser precavidos con nuestro consumo. Entre las cosas que uno se debe de plantear las más importantes pueden ser las siguientes.
Tengo medicación recetada por mi médico, ¿puedo dejar de tomarla para sustituirla por CBD?
La respuesta rápida es no, o por lo menos no sin haberlo consultado antes con tu médico. Como hemos venido viendo, el CBD tiene un potencial terapéutico enorme y es beneficioso para muchos tipos de enfermedades/dolencias. Los productos derivados del cannabis se usan como sustitutos de muchos otros medicamentos de distinta índole (opiáceos, anticonvulsivos, antieméticos…), pero esto no quiere decir que uno deba tomar decisiones médicas en base a lo que haya leído en un artículo de internet por válido que le parezca. Hay muchos productos ricos en CBD como los aceites, las flores o las extracciones que son de venta libre al público que pueden tener interacciones con ciertos medicamentos por lo que siempre es recomendable consultar con nuestro médico especialista.
Sobre esto, hay que añadir que la gravedad de estas interacciones entre CBD y medicamentos no está registrada con la precisión con la que otras interacciones entre otros compuestos y dichos medicamentos pueda estar documentada debido a que la exposición de la población a estos productos es relativamente novedosa. Si estás pensado en empezar a consumir CBD de manera terapéutica/medicinal, es muy recomendable que lo consultes antes con tu médico.
¿Dónde se produce el CBD que encontramos en las tiendas?
Puede que esta pregunta parezca irrelevante a simple vista, pero tiene más lógica de lo que parece. El CBD se extrae de una planta cuya vida pasa desarrollándose y creciendo en un sustrato o un suelo; los propios químicos y metales pesados presentes en el medio de cultivo, así como fertilizantes, pesticidas y otros químicos utilizados durante este proceso pueden resultar dañinos para la salud. El “¿dónde?”, de entre otras de las muchas preguntas que uno se tiene que plantear es una de las más importantes.
Los productos que ofrecemos desde Workanna han sido cultivados en Italia, en un cultivo respetuoso con el medio ambiente, con energías renovables (geotérmica) y de manera sostenible. Además, los productos de nuestro catálogo no tienen químicos añadidos, practica sorprendentemente común entre otros vendedores. Si quieres más información sobre nuestros productos puede entrar en las secciones de cada uno de ellos para obtenerla de manera particular o puede contactar con nosotros para atender cualquier duda que puedas tener.